ANDRÉS MEDINA
SEMBLANZA
Andrés Medina es uno de los artistas más sobresalientes de Malinalco, Estado de México.
Desde los primeros años mostró facilidades para el dibujo , la pintura y la talla en madera. En esta última técnica produjo varias piezas, desde juguetes hasta instrumentos musicales prehispánicos, actividad tradicional de los artesanos de la zona.
Inquieto en su búsqueda por nuevas formas, se inscribe en la Escuela de Bellas Artes de Toluca “Luisa Isabel Campos de Jiménez Cantú”, en donde cursa tres años pintura, posteriormente asiste a los talleres de técnica de los materiales y procedimientos de la pintura impartidos por el maestro Luis Nishizawa, y más tarde toma cursos de producción de dibujo de la figura humana en la Universidad del Claustro de Sor Juana.
Su experiencia, el dominio de las técnicas y su sensibilidad le han permitido estar a cargo de proyectos de restauración y conservación de la decoración de varios monumentos históricos, así como de otras edificaciones, como la Capilla de la Soledad en Malinalco. Asimismo, se le ha asignado el trabajo de investigación y restauración de piezas importantes de la iconografía religiosa del lugar de donde es originario, al tiempo de desarrollar actividades relacionadas con la cultura, ecología y rescate de tradiciones.
Andrés Medina se considera más autodidacta, ya que a través de la experimentación de diferentes materiales, tanto en la pintura como en la escultura, ha logrado desarrollar técnicas propias, las que aunadas a su gran percepción y conocimiento del entorno que le rodea, le han permitido incursionar en esta apasionante actividad del arte.
Andrés Medina se distingue por sus tallas de madera, a las que ha incorporado otros elementos como concha, hueso, fibras y obsidiana, entre otros elementos, que han enriquecido sus obras. De las series que ha realizado destaca Rostros Cautivos, en la que de cada obra emerge un rostro, y que aún no se “agota”, según Andrés, porque aún tiene mucho que decir, y en sus palabras “…trato precisamente de rescatar esa esencia, para mí inevitable, de un entorno mágico, donde convergen la realidad y el sueño”.
Hay otras series, como la de Aves, o la de Xoloitzcuintli, cuya estilización de este último le ha llevado a convertirlo en un animal fantástico. A esta producción se suman las piezas monumentales de figura humana, como la Malinalxochitl como personaje mítico o el Guerrero Águila, en las que evoca el pasado prehispánico en una propuesta escultórica contemporánea.
En su pintura, de igual forma maneja diferentes texturas como la hoja de plata o de oro, en otras imprime un intenso colorido, y da continuidad a la series que realiza en escultura como son la de Rostros Cautivos y Xoloitzcuintli, destaca también la serie de Vírgenes, que se agrega a sus homenajes a los guerreros, chamanes, y a la Naturaleza.
Desde sus catorce años ha participado en muestras colectivas, que a la fecha suman 19, la mayoría realizadas en el Estado de México, también ha estado en Guanajuato, Morelos, en la Ciudad de México, y en La Habana, Cuba.
Individualmente ha sido invitado a exhibir su trabajo en el Museo Universitario “Dr. Luis Mario Schneider” y en el Centro Cultural “Casa de las Diligencias”, ambos espacios de la Universidad Autónoma del Estado de México; en la Casa de la Cultura de Malinalco; en la Sala de exposiciones de la Ex - Aduana de Tampico, en Tamaulipas; y en el Museo Casa del Risco del Centro Cultural Isidro Fabela, de la Ciudad de México.